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José Lacasa, 49

patrimonio natural

SIERRA DE ALGAIREN

Tal vez la presencia dominante del Moncayo ha restado protagonismo y cierta importancia a otras sierras menores del largo Sistema Ibérico, muchas de ellas también situadas en la provincia de Zaragoza, como son Vicor, Paniza, Santa Cruz, Espigar, la Virgen, Pardos o Algairén.

En la Sierra de Algairén hay sitio para todos: para el geógrafo, para el botánico, para el geólogo, para el ornitólogo, para el entomólogo, para el espeleólogo, para el montañero, el ciclista o el simple caminante, para el fotógrafo y el dibujante, para los niños que están descubriendo el mundo y, por supuesto, para toda esa gente que vive en este entorno de los frutos que la tierra ofrece…

En suma, podemos afirmar que Algairén es un paraíso para el naturalista curioso que encuentra en estos montes y valles de carácter mediterráneo algunos aspectos tan atractivos como la floración primaveral de orquídeas, narcisos y cardos endémicos, la vieja historia de los bosques autóctonos o unas rocas tan diversas como antiguas puesto que su origen se sitúa en el Paleozoico, hace unos 500 millones de años.

Esta sierra que semeja ser una Extremadura en territorio de Aragón todavía guarda muchos secretos y curiosidades naturales que podrán ser hallados y desvelados.
Algairén es, según parece decir el topónimo, “un límite”, una referencia visual que se levanta sobre los llanos de Cariñena y de Alfamén. Aquí nacen ríos como el Grío y el Tiernas o Alpartir, y por aquí discurren muy próximos los cursos fluviales del Jalón, el Huerva y el Jiloca, cuyos valles profundos delimitan geográficamente tan pronunciados relieves serranos.
Estamos en el corazón del Sistema Ibérico, entre las comarcas de Valdejalón, Cariñena, Comunidad de Calatayud y el Campo de Daroca.

Dance de Encinacorba

Al noreste se abre la amplia depresión del valle del Ebro, y en vecindad encontraremos otras sierras contiguas como las de Vicor, Paniza, el Peco o Modorra. Si subimos a lo más alto de estas cumbres salientes, por encima de los mil metros disfrutaremos de una extensísima y hermosa panorámica del paisaje circundante, y de buena parte de Aragón.
Sabido es que toda esta zona es tierra de excepcionales vinos.

Por tanto, estamos en un paisaje humanizado de viñas, también de olivos, frutales y almendros… pero donde nuestra sierra protagonista se eleva como un islote altivo en el que aún persisten densos carrascales o encinares combinados con pinos de repoblación y con otras arboledas naturales, formando así un “jardín silvestre” en el que no faltan sauces, fresnos, enebros, quejigos, arces, cantuesos, retamas, chopos, acebos, alcornoques o robles albares como los de la umbría de Mosomero.

El interés medioambiental de la sierra es enorme, y a veces este alto valor intangible económicamente queda manifiestado en forma de espacio protegido gracias a algo tan minúsculo como puede ser la presencia de una planta, un cardo en peligro de extinción llamado por los biólogos con el nombre de Centaurea pinnata.

Pero no hay que ser científico ni experto, ya que bastará con dar un paseo por los caminos de la sierra para tal vez descubrir el planear del águila real y de los buitres leonados, el vuelo de muchas clases de mariposas, oír el ulular de las aves de la noche, observar el brinco de las cabras monteses, encontrar setas y hongos, ver los líquenes que decoran las rocas, caminar entre los mil tipos de flores silvestres que adornan los caminos… o localizar a los tritones jaspeados y otros anfibios que en primavera acuden a las balsas para poner sus huevos, empezando así un nuevo ciclo anual.

Las poblaciones y las faldas de este “cuadro vivo” que es la sierra, también guardan vestigios del pasado y de los usos que el ser humano ha ido haciendo del medio natural: carboneras, neveras, bodegas, alfares, hornos de yesos o minas que ya fueron explotadas en su riqueza mineralógica desde época romana. Enclaves como los restos del castillo de Sinascuevas o las iglesias mudéjares también nos cuentan la historia a través de su monumentalidad y de sus estilos artísticos.

En esta sierra podrás descubrir cuevas, rocas volcánicas, fuentes con áreas recreativas en las que pasar un día de campo con la familia, helechos y otras plantas que por aquí crecen, rutas y senderos marcados, ermitas, peñascos, aromas de monte, barrancos y erosiones con encanto, multitud de fósiles, amén de muchas otras sorpresas que quedan ocultas para la gran mayoría de los conductores que a toda prisa pasan junto a la sierra.

Para saber más sobre flora, fauna, pueblos y gentes de la sierra puedes consultar la guía “ALGAIRÉN Guía natural de una sierra del Sistema Ibérico Zaragozano”.